Nothing really matters

A veces, nada importa realmente. Muchas veces, nos sentimos mal por cosas, que realmente no deberían importarnos. Le damos importancia a pequeñas cosas, que como nos han hecho felices en cierto momento, creemos que deben importar. Claro que los pequeños momentos de felicidad son importantes y no podemos prescindir de ellos, pero, lo realmente necesario, es aquello que perdura en el tiempo. Esas personas, esas fotos... eso que nos hizo feliz tiempo atrás, y que nos hará felices mucho más tiempo.
¿Para qué estar triste por uno de esos pequeños momentos? No merece la pena, porque, tal y como somos los humanos, pronto llegará otro momento más feliz que eclipsará el anterior.
No todos somos capaces de superar algo que "ha sido eclipsado", puede estar en la oscuridad, pero, los grandes momentos, brillan con luz propia, y nunca se olvidan.
Me han repetido hasta la saciedad que "un clavo saca a otro", si entendiesen un poco, el segundo clavo puede resquebrajar la madera al intentar clavarlo encima del otro, y hacer más daño de lo que pensamos.
Eso mismo pasa con los sentimientos, puedes eclipsarlo, puedes intentar olvidarlo, pero, si intentas clavar otro clavo, te arriesgas a romper la madera.

Y todo esto, no es más que un poco de lo que se pasa por mi cabeza, en esos momentos en los que pienso que lo que nosotros llamamos felicidad, no es más que un diente de león: viene alguien, sopla, y todo se acabó.


This entry was posted in . Bookmark the permalink.

Leave a Reply