Por los monstruos de traje y corbata.

Hoy, al llegar, a casa, rondaban las 4 de la mañana, no encendí la luz, me acosté en mi cama, sin bajar la persiana, sin cerrar tan siquiera la puerta de mi habitación, con la pierna por fuera de las mantas apoyada en el suelo.
Para muchos esto no significará nada, aunque os puedo asegurar que todos estos hechos no hubiesen pasado hará cosa de 4 o 5 años, con mis miedos y mis pánicos, mis fobias y mis manías.
Supongo que a eso se refieren con madurar, aunque en mi opinión, no es del todo un privilegio perder esa inocencia, darnos cuenta de que los verdaderos monstruos no vienen del espacio exterior, ni aparecen cuando dices su nombre 3 veces, ni habitan nuestro armario o cama, ni siquiera son de otra raza distinta a la humana; Madurar, aceptar la cruda y mísera realidad en la que vivimos..
Los verdaderos monstruos, esos que son capaces de acabar con una vida, si con ello sacan el más mínimo beneficio, esos que juegan con los pocos recursos que tienen las familias para llegar a fin de mes,los que le prenden fuego a hectáreas de monte y viviendas para poder construir una urbanización la cual le venderá a familias más adineradas que las que vivían en dicho lugar, a los que le importa más que su hijo tenga un Mac, un Ipad y un Iphone, aunque eso signifique recortar presupuestos en la empresa, despidiendo a un padre que no podrá dar de comer a sus hijos..
Porque los verdaderos monstruos no solamente viven entre rejas, por los monstruos que visten de traje y corbata.

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